Elissa

Elissa Capitulo 1 La Puerta Abierta

    VIERNES, 4 DE AGOSTO DE 2017. Los ruidos de la ciudad jamás se podrán comparar con los apacibles sonidos del pequeño pueblo en el que crecí, recuerdo que de niño solía salir a jugar con mis hermanas en el viejo parque que quedaba justo detrás de nuestra casa, lugar en el que viví un millón de experiencias, como por ejemplo mis primeros raspones, el primer beso y el primer sufrimiento por causa de amoríos, en fin, el viejo parque significaba para mi muchísimo y fue así, hasta que por cuestiones desconocidas un día simplemente desapareció, nadie nos dio explicaciones, ni mucho menos pregunto si estábamos de acuerdo con lo que le habían hecho a los columpios, al viejo sube y baja que rechinaba con fuerza cada vez que era utilizado por mis hermanas y lógicamente por mi también, quizás te preguntes ¿por que hablo del viejo parque? para serte sincero no tengo idea, sin embargo debo confesar que de vez en cuando me gusta recordar la distribución de sus espacios, me gusta recordar a mis hermanas corriendo una tras la otra, me gusta recordar el olor de las ixsoras que crecían al rededor de aquellos espacios formando paredes de colores rojizas, el viejo riachuelo hoy extinto y los montones de pájaros que extrañamente solo cantaban al vernos jugar en ese mágico y colorido lugar.
    Hoy estando aquí sobre la azotea del edificio en el que actualmente vivo en caracas, me pregunto que hubiera sido de mi si aquel parque no hubiese desaparecido, quizás en el hubiera escrito las mejores historias de mi carrera o quizás simplemente me hubiera vuelto loco de tanto visitar una y otra vez el mismo lugar, quizás la experiencia de recordarlo fuese desagradable, me quejaría del sol exageradamente caliente, de la briza arrastraba el polvo por todos lados y la desagradable sensación del polen que siempre estaba envolviéndolo todo para cumplir con su ciclo, realmente no lo sé, pero lo que si sé es que después de desaparecer aquel espacio, mi vida cambio por completo.

    Para aquella época había terminado el colegio, era el único que no sabia que hacer, mis padres se peleaban entre enviarme al extranjero o hacerme estudiar en un instituto en la capital, para después regresar con un titulo que me acreditara y certificara que era capaz de sustituir a alguno de ellos dos en la empresa familiar, sea como fuere ellos no contaban con que tenia mis propios planes y mientras se decidían yo aprovechaba para fundar nuevas experiencias que me abrieran camino.

    En un principio debo confesar que no me resulto nada difícil escabullirme de la casa para ir al centro del pueblo a husmear entre las escasas vitrinas que exponían atuendos lujosos o aparentemente lujosos, solía caminar por la plaza bolívar y algunas veces rodeaba el malecón en busca de aun no se que, mi instinto era el que manejaba a mi cuerpo, solo el sabia a donde debía llegar, todos los viernes era la misma historia; mis padres peleaban entre si, mi papá se alteraba, mi mama le recordaba a él lo mediocre que era por no haber aceptado ser becado para estudiar fuera y yo aprovechaba esta disputa para escaparme a caminar por el centro del pueblo.
    Una tarde de esas comunes en aquel ya casi extinto espacio, en una de mis tantas caminatas por el malecón decidí explorar una zona que jamás me había atrevido a visitar. En esta parte del malecón la maleza era mas abundante los Araguaneyes eran mas frondosos y las flores parecían alfombras que arropaban o escondían un misterioso piso repleto de musgo y otras plantas de tamaño miniatura, embelesado por el espacio me perdí en la hermosura de los colores, del río que era empujado por la brisa directamente a mi rostro, fue así como no note en que momento los faroles resplandecieron todo el espacio, y fue así como no note el momento en que los luceros se posaron, sin embargo basto con pocas frases para hacerme despertar del éxtasis que producía en mi el silencio que arropaba aquel hermoso lugar para luego caer en una parálisis absoluta.

______ Primera Vez que te veo por aquí, tienes que ser nuevo
    Su voz era gruesa, pero terciopelada, era como escuchar a un trueno a lo lejos, sostenía una pipa entre sus dedos, tenia el cabello largo y amarillo, yo no pode si quiera responderle, la impresión que tuve en ese momento fue tan grande que no me pude mover ni para saludar y así me quede hasta que le volví a escuchar.
______Niño, di algo.
    Tan pronto dijo eso cerré la boca e intente hablar pero de nuevo la parálisis me invadió y en ese preciso momento sonó la corneta de un carro me miró sonrió con dulzura y luego volvio a decir.
_______ Espero volverte a ver.

    Sus zapatos brillantes de tacón alto le hacia lucir tres veces mi tamaño, ella le dio una fumada nuevamente a la pipa que sostenía, recogió su cartera para subir en el automóvil, lo único que pude hacer después de eso fue suspirar, el auto arranco volvió a sonar la corneta y a lo lejos le escuche gritar.

______ Espero volverte a ver.
    Inmediatamente me lleve las manos a la cabeza y pude recuperarme del trance en el que me encontraba.

En casa, nadie había notado mi ausencia, mi padre me vio entrar a la cocina y lavarme las manos en el grifo pero ni siquiera noto lo desconcertado que me encontraba, mi madre nos llamo a comer y después de eso solo recibí las buenas noches, pero no pude dormir, una y otra vez la imagen de ese ser revoloteaba por mi cabeza, cabellos amarillo y largos, zapatos de tacón, pantalones muy cortos, busto de acero y ojos de gato, esa tarde mi vida había cambiado por completo y no lo terminaba de asimilar , parecía que se abría otra puerta ante mi, una que siempre estuvo presente pero la ignoraba sin saber exactamente por qué.



Elissa Capitulo 2 La llegada del Circo

    MIÉRCOLES, 9 DE AGOSTO DE 2017, Otra vez me volví a despertar a mitad de la noche, no podía dormir así que he decidido escribir, traigo otro relato para contarte honestamente espero estés preparado.
    Como ya sabes estoy sentado sobre un viejo tanque de agua oxidado ubicado en la parte superior de mi edificio, acompañado del humo de un cigarrillo y la fría briza de una ciudad que aparentemente se encuentra en silencio, cosa extraña en estos días, aunque pensándolo bien no me parece tan extraño, las tragedias son como niños pequeños, nos preocupamos mas por ellos cuando no los tenemos a la vista, sin embargo estoy completamente seguro de que no estarás leyendo esto para saber sobre ese tema.
    Quizás ni siquiera tu mismo estés seguro de la razón que te a traído a leer las notas de un psicótico noctambulo que escribe sin sentido, quizás estés aquí para satisfacer la necesidad morbosa de conocer la vida de otros, para hacerte creer que la tuya es menos miserable, para sentirte bien contigo mismos o a lo mejor simplemente seas uno de esos curiosos letrados con deseos de descifrar algunas tendencias para identificar sus patrones repetirlas y no salir de moda o quizás mas bien para satisfacer su propio ego vanagloriándose con el éxito de otro, sea como sea aquí todos son bienvenido.
    Hoy después de mucho tiempo volví soñar bueno, en realidad había pasado mucho tiempo sin volver a tener la misma pesadilla, exactamente tenia 10 año sin haber siquiera pensado en aquellas imágenes y lo perturbador que fue para mi tenerlas presente hasta que tuve la valentía de conversar con mis padres, quienes sin pensarlo dos veces me llevaron al psiquiatra quien elimino de mi cabeza el perturbador recuerdo de lo que debió ser en un principio la noche mas hermosa de mi vida, recuerdos, que hoy a mis 24 años, se están repitiendo.
    Después del acontecimiento descrito en la nota anterior mi madre y mi padre habían dejado de pelearse entre si, cosa que me aterraba. Evidentemente habían llegado a un acuerdo entre ellos, lógicamente sabia que decidieron enviarme a estudiar fuera del publicito y aunque desde un principio sabia que seria la oferta vencedora, las razones, eran las que menos me agradaban, esa misma noche mientras pensaba en el acontecimiento del malecón, me había acostado sobre la alfombra color vino que adornaba la entrada principal quería detallar el techo y los diferentes grabados de madera que destacaban en algunos extremos de la casa, en esa época no acostumbrábamos a recibir visitas así que generalmente se dejaban los zapatos a un lado de la puerta y andábamos dentro de la casa con nuestras medias, ese día desde horas de la mañana se estaba instalando en el pueblo una carpa de circo, la idea de recibir la visita de estos artistas en un lugar en el que la humedad y la maleza eran los principales acompañantes de sus habitantes significaba un hecho fuera de lo común, a los vecinos se les sentía atónitos y desesperados por encontrarse con la fantasiosa magia del circo que prometía cada año una experiencia completamente gratificante, algunos comentaban sus expectativas sobre el hombre que tragaba fuego en relación al espectáculo del año anterior , la mujer velluda era una atracción que aunque a mi gusto representaba un ejemplo de asquerosidad, a muchos incluyendo a mi padre ella significaban un ejemplo a seguir para hombres y mujeres, lo cierto es que el pueblo en aquella fecha estaba revolucionado y a pesar de estar al tanto de que faltaban solo dos días a la llegada del circo, a mi solo me interesaba pensar en la voz de la persona que me había hablado en el malecón.

Habían pasado unos minutos de haberme acostado sobre la alfombra cuando alguien toco la puerta, era la policía, traían respuesta de un encargo hecho por mi padre solo recuerdo que eran dos. La entrada y salida de aquellos hombres había sido tan violenta que solo pude mirar con detalles sus zapatos, unas brillantes botas negras, de cierre,reforzadas en metal fundido y forradas en cuero y goma espuma, ambas llegaban hasta las rodillas, a su salida mi padre cerro la puerta, me miro detenidamente y luego se dirigió a conversar con mi madre en la cocina, esa noche mis padres mantuvieron una una aptitud incomoda durante la cena, pero nadie dijo nada, ni siquiera yo me atreví a pedirle a mi papa que me pasar la mantequilla para untarle al pan tostado, lo cierto es que la llegada de aquellos hombres habían cambiado la energía de nuestro hogar.

Pasado dos días el circo ya estaba listo para darle entrada a la eufórica multitud que había abandonado sus casa, querían distraerse con las enigmáticas rarezas del circo errante, habían payasos por doquier, se sentía en el aire el olor a Cotufas y mantequilla, los payasos se podían ver por todos lados, lo globos llenos de Elio Flotaban alrededor de la multitud, los dulces se paseaban en diferentes bandejas, enanos, gigantes, Jirafas, leones y otros animales se robaban la atención de los habitantes, la carpa principal estaba situada frente al bar Llamado (El ultimo Chance) quienes tenían sus puerta abiertas de par en par, fue allí donde le volví a ver, esta vez llevaba zapatos de color negro, tacón aguja para ser mas especifico, su cabello estaba completamente ondulado, se veía deslumbrante desde donde yo estaba, la voz de mi mama llamándome me saco del trance que producía esta persona en mi y como buen hijo le seguí sin dejar de mirar atrás para no perder la imagen de aquella persona.

El espectáculo estaba por comenzar así que entramos a mirar cada uno de los artistas presentarse Hasta que pedí permiso a mi madre para salir al urinario, sin embargo mi mama estaba tan distraída con el espectáculo que omitió mi petición, al salir fuera de la carpa todo estaba en silencio, el baño se encontraba cerrado decidí dirigirme a un lugar apartado para cumplir mi adjetivo y volver con mi mama, pero no pude, nunca cumplí mi adjetivo o por lo menos no de forma consiente, de la llegada a los matorrales solo tengo la imagen de un hombre muerto, un tubo de metal ensangrentado, mis propios gritos y el brillante reflejo de un par de zapatos que se acercan y me arrastran a la luz, quizás te parezca extraño pero cada noche por 10 años la historia que te acabo de contar se repitió una y otra vez , Hoy no he podido dormir por que esta historia de nuevo me ha despertado, sinceramente espero solo sea un recuerdo mas.


Elissa Capitulo 3 “La ciudad”

Hoy estoy en mi oficina nuevamente escribiendo más sobre mis recuerdos, sobre esta historia que hasta los momentos ha sido pensada para ser leída en 11 o quizás 12 capítulos, no puedo dejar de pensar en sus reacciones al leer esto, sin embargo eso no es lo que realmente me importa se sepa, hasta hace días en el capitulo 1 y 2 hablamos sobre aspectos básicos de mi experiencia en el pueblo, realmente son experiencias que debes tener muy presente por que quizás mas adelante sean importante o quizás no, pero bueno vamos a lo que vinimos.

El día de marcharme a la gran ciudad llego, nunca supe que había pasado con el hombre que habían encontrado muerto en la zona en que se había instalado el circo, de esa noche solo tengo el recuerdo que ustedes ya conocen y el de despertar en mi casa como si nada hubiera pasado, en el pueblo nunca se habló sobre ello,. nunca nadie comentó, la policía nunca dijo nada era como que si el pueblo mismo se había tragado al muerto su historia y lo que me había ocurrido, parecía que el único que había pasado por aquella situación traumática había sido yo, esa noche justo antes de venirme la volví a ver, estaba sentada en el malecón vestida de negro, con su peluca de cabellos rojizos me dijo que acababa de atender a su ultimo cliente del día por que el anterior había muerto por intentar obligarla hacer cosas que ella no quería, supuse en ese momento que había sido ella la que asesino al hombre del circo, pero no dije nada, simplemente me quedé en silencio la escuche y apreté fuertemente sus manos, entonces ella tomo mis mejillas, me miro firmemente a los ojo y dijo.

_____ Nunca confíes en nadie, nunca abandones tus sueños por nada que realmente no valga la pena, nunca permitas que alguien te haga creer que las decisiones que tomas son incorrectas, por que solo tú sabes lo que quieres solo tú sabes a donde vas y solo tú te conoces, sé que me estas escuchando en estos momentos y quizás cometas uno o muchos de esos errores, pero si en algún momento te sucede recuerdame aquí sentada siempre esperando a otro cliente que me intentará obligar a hacer y abandonar lo poco que queda de mi misma, nunca permitas que alguien quite esa linda sonrisa de tu cara.

Ella tomó mis manos acaricio mis mejillas y después de todo eso me beso en la frente, mientras iba de camino a la casa para salir por fin a la gran ciudad vi como una patrulla de policías se dirigía a la plaza entonces, lloré en el bus por una persona con la que cruce palabras únicamente dos veces y que me había enseñado el valor del amor propio en menos de 15 minutos.

Elissa capitulo 4 Confesiones salvajes del destino
JOSSE CAMPOS·SÁBADO, 10 DE NOVIEMBRE DE 2018·TIEMPO DE LECTURA: 3 MINUTOS
Han pasado ya vario meses desde que estuve en contacto con ustedes, sé perfectamente que los lectores más afanados han escrito al privado para que alimente sus egos, para que cuente otra anécdota de mi extraña y anómala vida, sin embargo, solo lo hago cuando el humo del cigarrillo me impulsa a sobornar mis memorias para que mis dedos tecleen otra bochornosa situación de lo que ya fue, y pues para aquellos curiosos e ingeniosos lectores presento una pequeña memoria que hoy me tiene fascinado sin embargo debo advertir que mantendré mi tono metafórico y sarcástico de escritura para proteger a los involucrados que quizás no se sientan muy a gusto con el texto presentado.
*******
Habían pasado las tres de la tarde esa día el frio de la ciudad obligaba a todos a utilizar abrigos pesados y caminar rápido para escapar de las venticas que les hacia temblar los huesos, las estaciones de metro se encontraban abarrotadas de personas que como ya dije escapaban del frio invernal, la calle se encontraba casi sola, a lo lejos en una esquina dos indigentes se abrazaban y utilizaban los restos de una caja de cartón para resguardarse de las ventiscas, ese día como cosa casual decidí subir al techo de mi residencia para encender un cigarrillo, pero me fue imposible, así que decidí bajar a mi cuarto y encender el portátil, una vez allí no sabia que hacer y fue entonces cuando recordé las sugerencias de una amiga sobre las citas online, teclee exactamente lo que recordaba de aquella conversación ~chat gratis~
Después de varios intentos fallidos encontré el servidor correcto me registré y empecé a navegar entre conversaciones inmaduras y poco cordiales que básicamente me estaban hartando, de repente cuando estaba a punto de cerrar la ventana para ir a encender mi cigarrillo una notificación me tomó por sorpresa, decía: ~Hola, de donde eres?~ sorprendido por el interés de esta persona en entablar conversación conmigo conteste con un : ~Hola~ muy simple y así estuvimos hasta que decidimos intercambiar números, nos propusimos vernos en la estación de metro *Bellas Artes* le pedí que me enviara un mensaje apenas llegara al lugar para poder encontrarnos y conversar, cerré el chat y me quedé con la curiosa sensación de que no estaba haciendo lo correcto, sería yo un modelo de la compañía de ropa y accesorios más importante de la ciudad encontrándome con un desconocido en la estación de metro más icónica y transitada por mis compañeros de trabajo, entonces me recosté sobre el sofá me quedé mirando el techo fijamente y dormí por unos minutos, el teléfono sonó y en ese momento supe que debía reaccionar de inmediato, al abrir el mensaje decía: ~¡Hola, ya llegué, donde estas?~ Me quedé mitrando el teléfono fijamente sin saber que decir y respondí ~Lo siento ha llegado otra persona antes que tú y le he hecho el favor~ mi respuesta fue repentina, era como si mis dedos tocaron el táctil de manera automática para escapar de la responsabilidad de encontrarme con una persona desconocida, era como si había algo en los planes del destino que me obligaba a hacer las cosas de esa forma entonces en ese instante volví a recordar a Elissa Mirándome con su cara maquillada tomándome de la mano y con lágrimas en los ojos diciendo nos, volveremos a encontrar.
El destino hasta ahora no me ha reunido con Elissa pero extrañamente el desconocido de aquel chat logró encontrarme sin saber y sin querer. Hoy tras recuperar mi viejo teléfono encontré entre los contactos su numero y casualmente concuerda con la persona menos pensada, destino o casualidad estábamos decretados solo que no lo sabíamos y aun ignoramos lo que va a pasar.

Original de Josse Campos

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